martes, 11 de agosto de 2009

cultura y protección social

Un Sistema Nacional de Protección Social Integrado y Solidario, encuentra en la cultura no solo la clave de su concepción, sino que también el principal elemento de su crecimiento. Pero la mirada de la “cultura”, es compleja. Mas allá de la claridad que al respecto provoca la teoría, es probable que una breve nota experiencial aportara a la comprensión de lo que señalo.

Yo uso habitualmente la Línea 1 del Metro, que básicamente une el sector dónde viven las clases acomodadas, con el centro de la ciudad. Cuando he tomado la línea 4 (que une el centro con la periferia Sur), me ha llamado la atención que ésta, que va a Puente Alto, tenga televisión en los vagones. La Línea 1 no los tiene. Vagamente he pensado en la concreción de una forma de control a la Orwell (1984), dónde se tiene al pueblo subyugado a través del manejo del media. Por cierto ello es así con la TV normal. Al menos a mí no me cabe duda.

Lo que si resulta menos evidente, es a través de que medios decisionales esta estrategia se concreta, ya que pareciera más bien que se produce por si misma, sin que hubiere “alguien” detrás que pudiera pensar en las variables involucradas y aplicarlas para producir los resultados de alienación que serían favorables a la dominación esperada.

Pero el caso de TV en los vagones de tren que menciono, es al mismo tiempo más próximo al control y más directo en sus efectos perceptibles, aunque no por ello sea mas claro el propósito de psicología social al que se rinde, ni más ciertos sus resultados en el tiempo. En efecto, se trata de un circuito cerrado, es decir, la programación es simplemente dirigida por el Metro. Luego, se trata exclusivamente de “videoclips”, con música norteamericana “popular” contemporánea.

Hay que ver las caras de desolación e intriga de las señoras mayores y de los trabajadores que viajan cansados, con los contenidos explícitamente sexuales de los videos. Hay que ver a los niños de edad escolar que miran sorprendidos e inquietos. Hay que ver la violencia estridente de las semillas del imperio, en nuestra perspectiva de derechos y oportunidades. Hay que ver los vecindarios que el metro atraviesa con su carga de sueños reales. Hay que ver dónde están, las políticas culturales de nuestro gobierno.